Todo pasa por un lugar. La clave está en activar el espacio que hay entre tu marca y tu cliente.
Todo pasa por un lugar. La clave está en activar el espacio que hay entre tu marca y tu cliente.
Beber vino es siempre un viaje emocionante de descubrimiento, que involucra todos los sentidos. Inspeccionas el vino para evaluar el color, lo hueles para atrapar los aromas y lo pruebas para determinar cómo se mezclan el sabor y la textura. Pero, ¿alguna vez escuchó el sonido del vino?
Es una pena cuando recuerdas un restaurante por las razones equivocadas – esa ocasión en la que finalmente entras en un restaurant nuevo donde suena muy buena música, donde la comida es realmente genial pero el personal no está atento, y además no puedes recordar mucho de la conversación porque pasaste la mayoría del tiempo mirando a tu amigo gesticular sin poder escucharlo debido al ruido que había en el lugar.
La importancia de poner música adecuada en un restaurante es igual de importante que no pasarse con la sal en la comida. Un plato no puede quedar ni muy soso ni muy salado. Eso puede hacer que el cliente pida que le cambien el plato o directamente se levante y se vaya del local.
La música puede arruinar o mejorar la comida de tus clientes.